El turismo nacional ha sido protagonista durante la Semana Santa en Marbella. Así lo certifica la encuesta de la Asociación de Comerciantes y Profesionales del Casco Antiguo (Acoprocamar), que arroja unos excelentes resultados entre sus establecimientos vinculados. Los visitantes rusos han desaparecido. Las expectativas para el verano son muy buenas.
En resumen, la encuesta realizada por la asociación refleja unos resultados que califica de «magníficos», tanto para la restauración como para el comercio.
Una de las conclusiones que el turismo español vuelve a estar presente y deja muy buenas previsiones para la campaña de verano, según considera el 95% de los asociados.
En cuanto al comercio, las ventas en Semana Santa han sido mejores que los dos últimos años y, en algunos casos, se equiparan incluso a las de 2019, antes de la pandemia.
Un 50% considera que han sido buenas, mientras que muy buenas las considera un 30%, porcentaje que coincide también con el de establecimientos que han mejorado respecto al año anterior.
El protagonismo del turismo nacional ha sido importante, muy por delante de ingleses, nórdicos, franceses o alemanes, aunque con menos capacidad de gasto.
Sin embargo, los visitantes españoles han conseguido suplir la carencia del turismo ruso que «prácticamente ha desaparecido» del Casco Antiguo de Marbella debido a la guerra.
La hostelería confirma su recuperación y amplía sus resultados. El 86 por ciento de los asociados considera que las ventas han sido muy buenas, frente a un 12 por ciento para quienes han sido buenas.
Estos resultados, que la asociación califica como «extraordinarios», siguen la misma línea en cuanto a la procedencia de los visitantes. Los españoles han sido mayoría, frente a los ingleses y alemanes.
Las previsiones de la temporada de verano se disparan. El 98 por ciento declara que son optimistas y esperan buen nivel de ventas de cara para esa época.
En cuanto a los aspectos negativos que se manifiestan en la encuesta, se encuentra la falta de aparcamientos, el excesivo coste de la luz y el combustible que encarece los gastos propios de los negocios.
Y también se detecta «cierta preocupación» por la excesiva ocupación de la vía pública por las mesas, sillas, sombrillas, etc. de la hostelería que dificulta el paso y la vista a los comercios.